Atención: esto no es ciencia ficción. Desde China llega una solución tecnológica que capta un gas tan escaso como indispensable.
El helio —ese elemento ligero que parece volar hacia el espacio si se escapa— tiene fama de escapista, y recuperarlo es misión casi imposible. Pero un avance curiosamente sencillo y sofisticado lo vuelve posible en altísima pureza.
Este dispositivo no es invención de un laboratorio escolar: la compañía Vacree Technologies, asentada en Yan’an, ha logrado desarrollar, tras seis años de investigación, un sistema que extrae helio con una pureza impresionante: 99,99997 %, equivalente al grado “6N9”.
En la práctica, eso significa solo una impureza por millón, un nivel que en la práctica científica se considera casi impecable.
China, a diferencia de potencias como EE. UU. o Qatar, no cuenta con yacimientos ricos en helio. Allí, el gas natural contiene apenas entre 0,03 % y 0,05 % de helio, frente al 1–7 % de otros países productores. Eso hacía que el gigante asiático dependiera por completo de importaciones para mantener sus industrias de alta tecnología.
Ahora, ese panorama está cambiando. ¿Cómo funciona este dispositivo? El sistema comienza con una deshidrogenación catalítica que elimina el hidrógeno indeseado.
Luego, emplea una combinación de membranas de separación y adsorbencia por oscilación de presión para quitar nitrógeno y metano.
Finalmente, se aplica una etapa de refinación criogénica a temperaturas ultra-bajas, que logra separar el helio del neón y garantizar la pureza récord.
Este proceso, aunque sofisticado, está lejos de ser una solución de laboratorio aislado: se trata de una operación continua y perfectamente adaptable a escala industrial, lo cual podría transformar radicalmente la cadena de suministro de helio en el país.
¿Qué implica este avance? Reducción de la dependencia exterior: China podría alcanzar una autonomía significativa en un recurso crítico para resonancias magnéticas, superconducción, aeroespacial, microelectrónica y más.
Ventaja estratégica: tener helio en casa con esa pureza lo coloca en una posición más fuerte en el mapa tecnológico global.
Eficiencia y sostenibilidad: si bien el helio sigue siendo finito y no renovable, poder producirlo internamente disminuye el impacto logístico y económico.
En definitiva, este aparato no solo extrae un gas, sino que abre la puerta a una nueva etapa de independencia tecnológica. Me recuerda a esas soluciones elegantes que parecen sencillas, pero detrás cargan años de ingeniería y visión. ¿Te imaginas las aplicaciones que podría tener el helio puro en la industria, la medicina o inclusive la investigación espacial? La sorpresa no termina aquí: ¿qué otras innovaciones están gestando detrás de esta cortina tecnológica?
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