Dos años después de la implosión del Titán, se esperan respuestas. Últimas novedades sobre la investigación de OceanGate.
Dos años después de la trágica implosión del sumergible Titán en junio de 2023, durante una expedición a los restos del Titanic, las preguntas sobre la responsabilidad y las decisiones que llevaron a la muerte de sus cinco ocupantes persisten.
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El documental “Titan: The OceanGate Submersible Disaster”, dirigido por Mark Monroe, profundiza en los eventos y las decisiones clave que culminaron en el desastre, dejando una pregunta central sin respuesta: ¿Quién será considerado responsable?
Las investigaciones oficiales sobre el desastre, iniciadas por la Guardia Costera de los Estados Unidos y la Junta de Seguridad del Transporte de Canadá, continúan. Además, el Departamento de Justicia de EE. UU. ha estado examinando las prácticas financieras de OceanGate.
Sin embargo, a junio de 2025, la Junta de Investigación Marina de la Guardia Costera aún no ha publicado su informe final. Monroe, director del documental, señala que la publicación del informe se ha retrasado desde el despido de la Comandante de la Guardia Costera, la Almirante Linda Lee Fagan, en enero de 2025, lo que ha llevado a un “punto muerto” en la divulgación de hallazgos.
Hasta la fecha, no se han presentado cargos penales en relación con la implosión: Monroe anticipa que, si bien hay más demandas civiles “preparadas”, estas están a la espera de los resultados de la investigación de la Guardia Costera. En el momento en que un organismo de investigación designe culpables, se espera una avalancha de demandas.
La implosión del Titán se atribuyó a una falla estructural durante su descenso. El documental subraya que el uso innovador de fibra de carbono en el casco de la embarcación, junto con otras decisiones de ingeniería cuestionables, ya había levantado alarmas entre empleados de OceanGate. En particular, se destacan las deficiencias del sistema de monitoreo acústico de OceanGate, diseñado para identificar puntos débiles en el casco del Titán en tiempo real.
El testimonio de Karl Stanley, experto en buceo de aguas profundas, es crucial en el documental. Stanley, quien realizó una de las primeras inmersiones tripuladas con un prototipo del sumergible en 2019, reportó haber escuchado ruidos de crujido en el casco. Lo alarmante es que, según Stanley, esta información no le fue compartida por OceanGate. Monroe cree que la Guardia Costera sospecha que OceanGate “ni siquiera miró los datos” de este sistema de monitoreo, a pesar de promocionarlo como un mecanismo de seguridad de vanguardia.
El Capitán Jason Neubauer, investigador principal de la Guardia Costera, señala en el documental que el sistema de monitoreo acústico detectó fibras rompiéndose en inmersiones previas al último viaje del Titán. Esta debería haber sido una advertencia, pero fue descartada. “En mi opinión, es realmente la prueba irrefutable de lo que finalmente causó esto”, afirma Neubauer.
Dieciséis minutos después de que cesaran las comunicaciones del Titán, se captó un sonido inesperado a 900 millas de los restos del Titanic. Monroe explica que una implosión de esa escala produce un ruido tremendo que, dada la velocidad del sonido en el agua, tardaría unos 16 minutos en llegar a un dispositivo de grabación a esa distancia. “Mi creencia es que ese es muy probablemente el sonido, y por lo tanto, incluirlo se sintió como una resolución, definitivo, una sensación de, ‘eso fue lo que pasó'”, concluye Monroe.
